Hopi Elders
Messages to the World
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Declaración Pública del Guardián de las Tablas
del Clan del Fuego Hopi Durante su Misión
Profética a la capital del Estado de Nuevo
Mexico, Santa

Fe, en diciembre de 1990
Traducción: Adriano Yannelli 
(ayannelli@impsat1.com.ar)

Yo soy el guardián de las Tablas Sagradas del 
Clan del Fuego de los Hopi en la villa de 
Hotevilla.  Estas tablas representan nuestro 
antiguo título sobre estas tierras, que existían 
mucho antes de la llegada de Colón, y nunca han 
sido renunciadas.  He sido nombrado su 
depositario por la más alta autoridad, para ser 
guardadas hasta que la última etapa de las 
profecías se haya cumplido.  Los signos de haber 
entrado en la última etapa son claros ahora.  
Cumplimentando mis instrucciones espirituales he 
venido a Santa Fe, la más antigua capital europea 
en nuestra tierra, a ofrecer a la gente de los 
Estados Unidos de América, y a toda la humanidad, 
un oportunidad final para colaborar con las 
fuerzas de la creación para purificar nuestras 
vidas, y reinstalar la paz en el mundo.  La raíz 
de los problemas que amenazan la vida en la 
tierra es el concepto del titulo sobre la tierra 
adquirido y mantenido por la fuerza.  Dado que la 
civilización moderna se basa en este concepto, no 
tiene por ello la clave de la paz.  Nuestro 
título original sobre la tierra está basado en un 
permiso.  Recibimos ese permiso de Massau'u, el 
guardián de toda tierra y vida, quien es 
depositario del creador.  Por ello está 
implementado por las fuerzas que crearon el 
universo.  Sin importar las diferencias de 
cultura y tradición, un verdadero título aborigen 
a través de la palabra se basa en una relación 
similar.  Usurpar el título original por engaño y 
furza, luego construir un imperio sobre esas 
bases, es oponerse a las fuerzas de la vida, y 
asegurar la eventual destrucción de ese imperio.  
Los Estados Unidos de América se han convertido 
en tal imperio.  Antes que el Hombre Blanco 
viniera de Europa, todo estaba en orden.  Nuestra 
vida era hermosa y limpia.  La tierra era verde y 
había abundancia de flores, animales, pájaros y 
árboles, lluvia y nubes.  Vivíamos con gran 
felicidad porque seguíamos la vida simple que nos 
enseñó Massau'u.  Massau'u es tanto una persona 
real como una manifestación del creador.  Lo 
conocimos en persona cerca del lugar donde 
construimos nuestra ciudad madre de Oraibi, luego 
de una larga migración para reclamar la tierra en 
su nombre.  En aquel momento él no dio permiso 
para vivir aquí como guardianes, como así también 
como el conocimiento espiritual a través del cual 
mantener las fuerzas de la vida en equilibrio.  
Este conocimiento fue grabado en nuestras tablas 
sagradas de piedra.  Pero cuando los europeos 
vinieron, forzaron su religión, cultura y 
lenguaje en nuestros niños, lo que trajo una gran 
división entre nuestra gente.  Como resultado, 
nuestros jóvenes hoy se están apartando de esta 
ley básica.  Ya no la entienden más.  Sólo 
entienden la ley del Hombre Blanco.  A causa de 
haber sido forzados a esta situación, ahora son 
muy pocos los que cumplen con las instrucciones 
sagradas y efectúan correctamente las ceremonias 
esenciales para la forma Hopi de vida.  Todavía 
hay líderes de muchos clanes que conocen estas 
instrucciones, que revelan los verdaderos 
propósitos de la vida, pero más y más se apartan 
de ellos.  La intromisión de fuerzas foráneas, y 
el efecto dañino en la función como los 
guardianes de la vida, es la razón por la que la 
Tierra ahora esté tan alterada.  Como los Hopi, 
las gentes nativas originales fueron dispuestos a 
lo largo del continente, y les fueron dadas 
instrucciones por un ser superior.  Cada uno 
tenía funciones especiales a través de las cuales 
mantener la vida en equilibrio, cosa que todavía 
hacían cuando los europeos llegaron.  Sabemos que 
estos extranjeros alguna vez tuvieron medios 
similares para promover la vida, con los que 
debían haber bendecido a los nativos.  Pero 
aparentemente habían malutilizado su poder.  La 
mayoría de los nativos fueron despojados por la 
fuerza de su cultura, lenguaje y ceremonias 
religiosas, privándolos de sus funciones como 
guardianes.  Aquellos que quedan enfrentan una 
inminente extinción cultural.  Claramente estos 
extranjeros no están aquí para ayudar, sino para 
destruir todo lo que la gente original ha dejado, 
y al hace r esto, destruir este mundo.  La única 
esperanza para la humanidad que queda es la de 
restaurar el verdadero título sobre la tierra, 
que es inseparable de nuestra función de 
guardianes de la vida.  Por esta razón, traemos 
nuestras tablas sagradas a la capital del Estado 
de Nuevo México en Santa Fe.  Porque esta es la 
primera capital de los extranjeros en esta 
tierra, deben haber documentos que confirmen los 
derechos de los nativos originales, y 
posiblemente información respecto de tablas como 
ésas que trajimos con nosotros.  Queremos ver si 
alguien buscará tales documentos, probando si el 
título original de los nativos, incluyendo los 
Hopi, todavía genera obligaciones de acuerdo a 
las leyes modernas existentes.  Los Españoles 
deben haber documentado algo con relación al 
título de los Hopi.  Cuando el Gobierno Mexicano 
se hizo cargo, deben haber dejado documentos 
similares, y lo mismo debe ser aplicable para los 
Estados Unidos.  Debe haber toda una parva de 
tales documentos.  Si la pila de documentos es 
revuelta para investigar, no tomará mucho tiempo.  
Los primeros deberían probar que los nativos 
tienen el verdadero título de esta tierra, y el 
conocimiento a través del cual debería 
protegerse.  El papel de los extranjeros que era 
de proteger esta tierra también debería de ser 
revelado.  Deben existir documentos que muestren 
si los Estados Unidos se volvieron en contra de 
esta ley original.  ¿Qué documentos tienen los 
Estados Unidos que digan que se supone deben 
proteger esta área?  Los gobiernos español, 
mexicano y de los Estados Unidos, han peleado por 
una tierra que no les pertenecía sin consultar a 
las personas nativas que allí habitaban, luego 
crear alguna clase de documento.  Pero ¿qué hay 
de los derechos de los nativos originales?  
¿Quién tiene la habilidad de dilucidar esto, y 
ver que los derechos básicos de los Hopi y de los 
otros nativos sean restaurados?  Esta es la clave 
del problema que amenaza la vida en la tierra.  
Si alguien puede descubrir esta información y 
traerla frente al mundo, tal vez sea posible 
revertir la destrucción de las culturas nativas 
donde yace la raíz de la desbastación que hoy 
amenaza al mundo entero.  Las grandes potencias 
del mundo moderno necesitan darse cuenta que si 
no hay escape del castigo que espera más 
adelante, lo que le están haciendo a los pueblos 
nativos alrededor del mundo debe corregirse.  
Aquellos que acumulan poder a expensas de los 
nativos piensan que tienen el derecho dado por 
Dios, pero haciendo eso, aumentan la amenaza a 
todas las vidas.  Y aunque hoy reconocen esa 
amenaza, son impotentes para revertirla por 
cualquier medio, a menos que paren de hacer presa 
de los pueblos nativos.  Vinimos aquí a plantar 
la semilla de esta realización, que pueda cambiar 
el curso de la humanidad lejos del desastre.  Una 
investigación de las villas Hopi de hoy 
beneficiaría a todos los pueblos indígenas.  Más 
aún, aquellos que hoy viven a expensas del título 
de la tierra nativa, se les daría la oportunidad, 
por ende, de corregir sus errores, y alejar las 
terribles consecuencias previstas hace largo 
tiempo por los Hopi, que están en evidencia 
todavía hoy.  De todas maneras, esto beneficiaría 
a toda la humanidad.  Ya que el título original 
es esencial a nuestro rol para mantener esta 
tierra y vida en equilibrio, nunca los 
comprometimos firmando un tratado con el gobierno 
de los Estados Unidos.  Nunca le hemos dado 
autoridad para destruir nuestra cultura y tomar 
nuestra tierra, ni lo han hecho los nativos 
originales.  Aun así, esto se ha hecho aquí y 
alrededor del mundo.  Hoy los Hopi son forzados a 
vivir bajo las leyes que vienen de Washington, 
DC., tales como las creadas por el Oficina de 
Asuntos Indígenas (Bureau of Indian Affairs) y el 
llamado "Consejo Tribal Hopi" ('Hopi Tribal 
Council'), sin el consentimiento del pueblo real 
tradicional.  Violando nuestras enseñanzas 
espirituales, estas agencias han estado 
promoviendo rutas pavimentadas, cañerías de agua, 
cloacas y casas financiadas por el gobierno.  Han 
inclusive forzado estas cosas en Hotevilla, la 
villa que fundamos en 1.906 para proteger la 
forma de vida Hopi de tales intromisiones.  Ellos 
están cortando nuestra tierra en pequeñas 
parcelas, confiscando nuestro ganado, y 
permitiendo que a la tierra le sea arrancados los 
recursos minerales.  El agua subterránea está 
siendo agotada y la tierra se está secando.  
Minas de uranio a cielo abierto están 
contaminando el área con radioactividad, causando 
el nacimiento de muchos niños deformados.  Esto 
muestra lo que le está pasando a los pueblos 
nativos alrededor del mundo.  Aquellos que 
perpetran tales abusos, y los incontables pueblos 
modernos que prosperan con ello, no tienen 
realmente un título sobre la tierra.  Construyen 
su poder a través de recursos tomados por la 
fuerza, que luego usan para ganar más poder y 
tomar aun más.  Dado que consideran el verdadero 
título aborigen de los indígenas sin valor, nos 
tratan como animales para ser pateados por allí.  
Pero mientras la Purificación anunciada se 
materializa, ellos también serán pateados por 
allí.  Les faltarán el respeto, tal como ellos le 
faltaron el respeto a los demás, y su poder se 
desmoronará.  Pronto ellos verán qué poco poder y 
autoridad tienen en realidad.  Esperemos que 
presten atención a nuestras advertencias por su 
propio beneficio, y por el de los pueblos nativos 
que desean nada más que gobernarse a sí mismos 
pacíficamente sin ser dirigidos por alguien más.  
Parte de la misión que recibimos del Creador a 
través de Massau'u es de hacer resonar esta 
advertencia por el mundo.  Nosotros los Hopi 
creemos que el verdadero hermano está por venir y 
ayudarnos.  Él tiene la tabla de piedra que 
representa su propio título y poder dentro del 
plan del Creador.  Poniéndola junto a nuestra 
tabla del Clan del Fuego, el puede llamar a las 
fuerzas naturales para purificar el mundo.  Si la 
tarea de purificación se deja a estas fuerzas 
naturales, podríamos ser todos destruidos.  Por 
ello, depende de toda la gente de purificarse a 
sí mismos voluntariamente.  También sabemos que 
si el hermano blanco equivocado viniera, uno que 
ha perdido su camino espiritual y por ende no 
tiene título, traerá miseria y destrucción.  Pero 
cuando el problema del mundo sea suficientemente 
grande, este falso hermano blanco encontrará su 
supervivencia amenazada.  ¿Dónde virará?  Propone 
convertir a todos a lo que él llama 'democracia', 
pero ¿puede usarla para salvarse a sí mismo?  
Escuchamos que democracia significa el gobierno 
por el pueblo.  Aún así, ha llegado al punto 
donde sólo 3 personas, el Presidente, el 
Secretario de Estado, y el Secretario de Defensa, 
pueden comenzar una guerra contra cualquier 
nación que no se atenga a sus deseos, sin 
importar la voluntad del pueblo, el Congreso o 
las leyes existentes.  Nosotros los Hopi no 
sabemos lo que la palabra 'democracia' significa.  
El 'Consejo Tribal Hopi' ('Hopi Tribal Council') 
establecido por los Estados Unidos se supone es 
democracia, pero de hecho es solamente un 
instrumento a través del cual nuestra gente está 
forzada a someterse a programas concebidos en 
Washington.  Ofertas de dinero, trabajo, mejor 
vida, y cosas por el estilo, realmente significan 
resignar el control sobre esta tierra y su vida.  
Esta falsa democracia se está extendiendo por 
todo el mundo.  En el nombre de la democracia el 
Gobierno de los Estados Unidos toma control de 
las tierras nativas, explotan recursos minerales 
para producir mucha riqueza, luego usan esa 
riqueza para sobornar los nativos en otro lugar, 
para que acepten contratos de deforestación de su 
tierra.  El despliegue de ejércitos para proteger 
la libertad de pueblos nativos en el extranjero 
causa la pérdida de esa misma libertad.  Es tarea 
de los Hopi advertir a quienes concierne que aun 
en nombre de la libertad, esto 
incuestionablemente conducirá a una tercera 
guerra mundial, peor que las primeras dos, que 
puede dejar apenas algo de vida sobre la tierra.  
Es por esto que nuestra religión nos prohíbe 
enrolarnos en las fuerzas armadas, aun si 
fuéramos reclutados.  Hoy a los norteamericanos 
les han enseñado cómo se siente ser mantenido 
como rehén.  Es así como nos sentimos, siendo 
rehenes hasta hoy.  En realidad, todos en esas 
fuerzas armadas es rehén del Gobierno.  Jóvenes 
que quieren vivir una larga vida son forzados a 
sufrir en el desierto de Arabia.  Sabemos que 
están a punto de ser quemados en guerra si no se 
detienen.  Depende del Presidente retirar las 
tropas que ha enviado al Medio Oriente.  A todos 
debe permitírseles que rechacen su destino y 
vuelvan a casa.  Especialmente urge que todos los 
nativos que estén involucrados vuelvan a casa de 
inmediato.  La presente  educación de los Hopi a 
las costumbres modernas es una continuación de la 
política de forzar una culturización que empezó 
cuando nuestros niños fueron raptados por primera 
vez y forzados a asistir a escuelas.  El intento 
de convertir las escuelas para promover la 
cultura Hopi la daña aun más.  En vez de bailar 
en el momento correcto del año en la plaza, a los 
niños les enseñan a hacer sus danzas en la 
escuela, fuera del ciclo natural, ignorando su 
significación, y sin la preparación de su familia 
completa.  Esto perturba la misma armonía que 
estas danzas deben mantener.  Anteriores a estas 
interferencias, nuestra vida en comunidad estaba 
unida por la relación entre las sociedades 
religiosas, cada una compuesta por un cuidadoso 
balance de cualidades espirituales de cada clan, 
bailando juntos con los ciclos de la naturaleza.  
La interrupción de este modelo es responsable de 
la epidemia de delincuencia y crimen del que 
atestiguamos hoy.  Sabemos que el Gobierno le 
gustaría lavarse las manos con el tema de las 
escuelas, pero en vez de cerrarlas, trata de 
ponerlas en manos de los Hopi 'progresistas' que 
ya han perdido sus tradiciones.  Deberían 
simplemente cerrar las escuelas y dejar que 
nosotros retornemos a nuestros métodos naturales 
para educar a los jóvenes, que era ya bastante 
avanzado - la educación real de la que fuimos 
despojados.  No tenemos necesidad de aprender de 
libros.  Tenemos mejores métodos a través de los 
cuales los niños pueden aprender cómo vivir en 
paz, identificar plantas y huellas de animales, y 
finalmente aprender a mantener el mundo en 
equilibrio.  Si las escuelas se cierran, entonces 
aquellas familias que desearan que sus hijos 
aprendan Inglés, se mudarían, ganarían dinero y 
pagarían por esos estudios por sí mismos.  Esto 
es los que Yukiuma solicitaba cuando trajo 
consigo las sagradas tablas del Clan del Fuego en 
1.906 y encabezó la fundación de nuestra villa de 
Hotevilla.  Hay un documento del misionero 
menonita, H.R. Voth, que testifica de la calidad 
superior de educación que presenció entre los 
niños de Hotevilla luego que la nueva villa fuera 
establecida.  Ellos aprendieron no sólo cómo leer 
las huellas de los animales, sino también muchas 
canciones, danzas, ceremonias y pinturas, todas 
las que contribuyen a una muy buena memoria, como 
así también a un sólido entendimiento del Camino 
de la Paz.  Prueba de que esta educación 
realmente funciona radica en el hecho que nunca 
necesitamos cárceles, cortes, policía, 
hospitales, o sistemas complicados de 
administración para mantener las cosa en orden.  
No ha habido casi ninguna enfermedad ya que 
vivimos solamente de la comida que cultivamos 
orgánicamente sin químicos.  Toda enfermedad que 
sí ocurrió pudo ser mejorada con ceremonias y 
hierbas.  Aun hoy hay gente vieja tan fuerte que 
cuando tratas de seguirlo colina arriba no 
puedes.  Ahora, mientras nuestra tierra es 
despedazada por el gobierno, esta vida hermosa 
está desapareciendo.  La división reciente de 
nuestra tierra con los Navajo, que los Estados 
Unidos hace cumplir a través de sus cortes y 
policía, es claramente el medio de tener el 
control total, aun cuando esa tierra fue 
supuestamente cedida a los Hopi.  Esos Hopi que 
se relocalizaron en estas nuevas áreas son los 
únicos permitidos a celebrar contratos de 
'leasing' (alquiler con opción de compra) desde 
el Consejo Tribal Hopi ('Hopi Tribal Council').  
Solamente unos pocos siglos atrás no habían 
Navajos allí.  Nos protegía el pueblo Paiute al 
Norte, quienes aprendieron muchas palabras de 
nuestro lenguaje.  Más tarde los Navajo llegaron.  
Dado que a menudo sobrevivían con sus correrías, 
se convirtieron en un problema para los españoles 
y luego para los colonos.  Los americanos 
respondieron rodeándolos a todos en Kit Carson y 
encerrándolos en una cárcel.  Más tarde les 
dieron una parte de la tierra madre de los Hopi a 
través del tratado de 1.868.  Luego que se supo 
que la tierra dada a los Navajo contenía recursos 
de valor, en vez de asegurar el cumplimiento del 
tratado para que se quedaran allí, los Estados 
Unidos los dejaron deambular fuera del territorio 
y les crearon otra reservación en la tierra que 
pertenecía a los Paiutes, y sacaron a los Paiutes 
de su territorio.  Cuando los Navajos se 
expandieron al área de los Hopi, en vez de 
forzarlos a volver a la tierra que era de los 
Paiute, el gobierno les creó todavía otra 
reservación en la tierra de los Hopi.  Con el 
descubrimiento de recursos minerales en esa zona 
se aprobó la Ley Pública 93-531, que no fue 
solicitada por los líderes Hopi, sino fomentada 
por abogados a través del 'Consejo Tribal Hopi', 
creando la ilusión ante el mundo que los Hopi 
habían intercambiado ciertas áreas de su tierra 
al gobierno, o habían aprobado alquileres del 
tipo 'leasing' para la explotación de minerales.  
Esta ley divide nuestra tierra aún más, 
requiriendo que ambas familias de Navajos y Hopi 
sean relocalizadas por la fuerza, y la frontera 
artificial Navajo-Hopi cercada con alambre de 
púas.  Nuestros Mayores hace mucho que nos 
advirtieron del momento en que la línea sería 
trazada alrededor de nuestros pies, 
concediéndonos no más tierra que ésa, lo que en 
realidad significa no tener nada de tierra.  Ese 
momento no está muy lejano.  Queremos que sepan 
que no son los Navajos quienes nos sacan las 
tierras, sino los Estados Unidos.  Los Hopi y los 
Navajo hicimos la paz hace mucho tiempo, y 
sellamos aquel acuerdo espiritualmente con un 
envoltorio de medicina (medicine bundle).  Es a 
través de los monigotes que gobiernan, los 
'Consejos Tribales' forzados en ambas naciones 
por los Estados Unidos, los que han creado esta 
ilusión de un conflicto creado sobre las bases de 
este falso concepto moderno de los títulos sobre 
la tierra.  Esta corta historia muestra cómo nos 
han quitado nuestras tierras.  ¿Porqué esto está 
pasando?  Se hace a través de los Hopi más 
jóvenes, robados de sus tradiciones a través de 
educación obligatoria foránea, y un uso 
arbitrario de apoderados del 'Consejo Tribal 
Hopi' para hablar por toda la nación, sin 
siquiera consultar con sus líderes originales.  
¿Permitiría que sus hijos firmaran el 
enajenamiento de las posesiones de la familia sin 
siquiera informarles?  Eso es lo que el Consejo 
está haciendo.  Los títulos de la tierra basados 
en engaño y coerción es un robo por las 
mismísimas fuerzas que nos dieron vida.  Dado que 
mucha de la civilización moderna está basada en 
tal habilitación, sólo puede destruirse a sí 
misma.  Los severos problemas que enfrenta no 
sólo la humanidad, sino también toda forma de 
vida en la tierra, sirve como advertencia que el 
tiempo de destrucción está cerca.  No podemos 
escapar más.  Debemos rastrear esta situación 
hasta sus raíces.  Es por ello que ahora actúo 
para reclamar la atención del mundo sobre la 
verdadera naturaleza del título de la tierra 
aborigen, que solamente por sí misma tiene la 
clave para la paz mundial.  El título Hopi de la 
tierra se basa en nuestro acuerdo con el Creador, 
el verdadero dueño de la tierra a través de 
nuestro encuentro con Massau'u, para servir de 
guardianes.  Esto requiere de conocimiento 
genuino del modelo a través del cual la gente 
pueda vivir junta en paz sin tener que apelar al 
uso de la fuerza.  Esta forma de vida puede 
continuar para siempre.  Entonces, por 
consideración a las naciones indígenas que quedan 
entre nosotros hoy, y toda la gente que ha 
sentido que debe corregir sus costumbres y 
restaurar la armonía que pueda permitir que la 
vida en este mundo continúe, he venido a Santa 
Fe, la primera ciudad europea establecida en 
nuestra tierra, a urgirles que esos documentos 
que podrían revelar la verdadera naturaleza de 
nuestro título sobre esta tierra sean 
investigados y revelados, y a poner nuestro 
conocimiento del Camino de la Paz a su servicio.  
Esperamos que lo que pedimos sea puesto de 
manifiesto pronto, y aquellos que sinceramente 
deseen resolver esta gran crisis hagan uso de su 
propio conocimiento.